ANGEL MAURICIO RIVAS FUNES

miércoles, 11 de abril de 2018

La ciencia demuestra que el alma nunca muere, regresa al universo

La discusión sobre la existencia del alma y si ésta vive eternamente o muere con la persona es un debate sin fin que durante muchos años ha ocupado la mente y el tiempo de los grandes pensadores de la historia universal. Su naturaleza misteriosa sigue fascinando a las diferentes áreas de la ciencia y, ahora, un equipo de científicos ha descubierto una nueva realidad sobre ella: el “alma” no muere; regresa al universo.
Desde 1996, el doctor Stuart Hameroff, anestesista, profesor emérito en anestesiología y psicología y director del Centro de Estudios de la Conciencia de la Universidad de Arizona, junto con el británico Sir Roger Penrose, físico matemático y profesor emérito de Matemáticas de la Universidad de Oxford, han estado trabajando en una Teoría Cuántica de la Conciencia en la que han concluido que el alma se conserva en micro-túbulos de las células del cerebro.
La naturaleza de la conciencia se produciría por un efecto de la gravedad cuántica en dichos micro-túbulos, que actúan en las neuronas del cerebro como canales transmisores de la información para dar lugar a los estados de conciencia. “Cuando deja de latir el corazón, la sangre deja de circular y los micro-túbulos pierden su estado cuántico. Pero la información cuántica se conserva en estos canales transmisores, no se destruye; no puede ser destruida; sencillamente se distribuye y se esparce por el universo, explica Hameroff. “Existe una conexión entre los procesos biomoleculares del cerebro y la estructura básica del universo, por lo que llegamos a la conclusión de que la conciencia desempeña un papel intrínseco en él”. FUENTE: GRANDES MEDIOS

domingo, 8 de abril de 2018

HABRÁ OTRA ERA DE HIELO EN 2019 - 2021

Desde el año 2016 imágenes de la NASA revelaron que las manchas solares habían desaparecido, dejándolo en blanco. Pero, por cuarta vez en este año, la cara del Sol aparecía lisa. Esto significa que, probablemente que el planeta está a punto de entrar en otra fase larga de frío. Era de Hielo manchas solares. El Sol ha estado en su periodo más tranquilo, durante más de un siglo. Normalmente, la actividad de las manchas solares oscila entre 11 o 12 años, pero esta está disminuyendo más rápidamente que en cualquier momento de los últimos 10 mil años. Esto solo pasó desde el siglo XV y su punto más álgido fue desde 1645 hasta 1755. El río Támesis de Londres se congeló. Hubo hambre generalizada debido a las malas cosechas. Esto se conoció como el Mínimo de Maunder. Esto coincidió con la parte más fría de la “Pequeña Edad de Hielo”. Pasó de los siglos XV al XVII. Europa, América del Norte y el resto del mundo sufrieron inviernos muy crudos. Era de Hielo
Todavía no se sabe si hay una conexión entre la baja actividad de las manchas solares y los inviernos fríos, pero se cree que la variación solar es parte del cambio climático y tiene más incidencia que el Calentamiento global. En 2019-2020, se verá esta actividad en su punto más bajo. ¿Qué ha pasado y qué pasará? De acuerdo con Paul Dorian, meteorólogo en Vencore Weather, El sol ya ha estado completamente en blanco desde el año 2016 y esto se vio a partir del 4 de junio. Fue la primera vez que ocurrió desde 2011. Pero, esto solo indicaría que va para una nueva fase y duraría meses, ahora bien, el viento solar disminuye y el campo magnético del Sol se debilita durante los mínimos solares, por lo que es más fácil que los rayos cósmicos lleguen a la tierra.
Era de Hielo río para los astronautas sería muy peligroso, ya que el aumento de los rayos cósmicos pueden romper fácilmente una cadena de ADN, reportó el portal “Elite Daily”. No hay tantas manchas en el Sol. Esto llegará a su punto más bajo en tres años. Esto se reflejará en otra mini Era de Hielo que causará crudos inviernos.

viernes, 6 de abril de 2018

La Antártida ha perdido un área de hielo submarino del tamaño de Gran Canaria en los últimos 7 años

La misión CryoSat de la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) ha revelado que, durante los últimos siete años, la Antártida ha perdido un área de hielo submarino del tamaño de la isla de Gran Canaria. Esto se debe a que el agua cálida oceánica que circula bajo el borde flotante del continente están acabando con el hielo fijado al fondo marino. La mayoría de los glaciares antárticos fluyen directamente hacia el océano a través de profundos canales submarinos. El lugar donde su base abandona el lecho marino y comienza a flotar se conoce como la línea de apoyo en tierra.
Estas líneas de apoyo en tierra se suelen encontrar a un kilómetro o más por debajo del nivel del mar y no se puede acceder a ellas ni siquiera con sumergibles, por lo que los métodos de detección remota resultan extremadamente valiosos. La investigación, dirigida por Hannes Konrad, del Centro para la Observación y el Modelado Polares (CPOM) de la Universidad de Leeds (Reino Unido), indica que entre 2010 y 2017 se derritieron 1.463 kilómetros cuadrados de hielo submarino en el océano Austral (apróximadamente como la superficie de la isla de Gran Canaria). El equipo siguió el movimiento de las líneas de apoyo en tierra de la Antártida para elaborar el primer mapa completo que muestra cómo este borde submarino se está separando del lecho oceánico.
FUENTE: ABC NATURAL