ANGEL MAURICIO RIVAS FUNES

lunes, 27 de febrero de 2023

Los pozos en espiral descansan en el desierto peruano, diseñados hace 1,700 años.

A unos 300 kilómetros al sur de Lima, la capital de Perú, habitan arañas kilométricas y aves místicas, que extienden sus alas como si fueran carreteras emplumadas. Otros animales sagrados también residen ahí, en medio del desierto: fueron trazados por la cultura nazca hace 2,500 años, a lo lago de cientos de hectáreas.
Aunque en la actualidad todavía no se sabe cuál fue la función real de las Líneas de Nazca, como se les conoce a estos glifos monumentales, los trazos han perdurado en el desierto desde entonces. Ahora, un equipo de arqueólogos en Perú encontró que los acueductos de Nazca están íntimamente relacionados con los animales sagrados que, imperturbables, todavía habitan el desierto peruano Los ojos de agua que existen en el desierto peruano no son naturales. Por el contrario, fueron construidos intencionalmente para irrigar las ciudades más importantes de la cultura nazca, hace aproximadamente 1,700 años. Gracias a este sistema milenario, los asentamientos humanos pudieron florecer. De otra manera, se hubieran apagado en esta región, que es una de las más secas de todo el país. Aunque los acueductos de Nazca fueron funcionales en su época, sólo podían dar agua de diciembre a marzo, explica el Ministerio de Cultura de Perú:

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